mientras la luz del sol insurrecta por las piedras del camino se desparramaba
En las facciones de su cara marcado el cansancio
su cabello negro aún no había sido visitado por las canas
Había algo en ella que predisponía a tener la sensación de entrar en un espacio no físico
A que los sentimientos salieran de su estado de vigilia y se revolucionaran
A sentir el sosiego que sigue al llanto
A imaginar que el Amor y el Odio son siameses en el mismo capullo encerrados, combatiendo con los mismos fantasmas.
Busqué la pitillera y encendí un cigarro, y en el resplandor de la llama del mechero vi como danzaba el dolor en aquel rostro, por el pretérito usado para lo que ella tanto ama
Sin yo comprender quien era, ni de donde procedía, ni el motivo por el cual aquella figura misteriosa de mujer y la tristeza iban asidas de la mano, un sentimiento de rabia y compasión invadió mis entrañas
En ese momento una bandada de gorriones cruzó el cielo y alcé la cabeza para mirarlos, era como si un vinculo ancestral con ella los uniera y buscaran el modo, la manera de decirme a quien pertenecía aquel rostro desencajado.
En los cristales de nieve de las nubes, con las alas delinearon su nombre
JUSTICIA
Y desee con vehemencia que no siguieran inteceptandole a sus dominios el paso
que la oscuridad nunca llegara a raptarla
que la sucesión ordenada y coherente de su voz no fuera mutilada
que jamás se les lograra volverla un ente abstracto, ni inanimada
ozna-ozna
